Foto: My modern met
Por: Juliana Yepes / co-creadora Nascente Home
El origen del diseño escandinavo, también conocido como nórdico, se sitúa en la década de 1950 aproximadamente, cuando empezó a tener fuerza en algunos países de Europa después de la Segunda Guerra Mundial, y se extendió por norteamérica llevando el concepto funcionalista y de simplicidad que lo caracterizaba. Hoy en día continúa siendo una tendencia utilizada en el diseño de interiores y conserva sus mismos fines en cuanto a diseño de interiores de hace unas décadas.
Como mencionamos anteriormente, este tipo de diseño se ha caracterizado por su simplicidad y funcionalidad, y, además por ser minimalista y usar materiales como: madera, cuero y metal. Es una forma de decoración de espacios que tiene un aire de pureza y limpieza, debido a que se centra en únicamente utilizar aquellas cosas que son necesarias para la decoración, y añadido a esto, en su mayoría se utilizan tonalidades neutras y frías para ambientar los lugares.
Algunas formas de decoración con estilo nórdico pueden ser similares a las decoraciones boho y monocromáticas, pues lo que busca es la sencillez y la armonía entre texturas y colores fríos. Una frase muy común con la cual relacionar estos estilos es aquella definición de: “menos es más”.
Este estilo originario de la Península escandinava, dentro de sus combinaciones y formas de decoración, logra que los espacios se vean muy elegantes y modernos. No necesariamente las piezas que se utilicen tienen que ser inspiradas en el modernismo, incluso en muchas ocasiones se transforman o se usan elementos vintage que le dan un respiro diferente a las decoraciones nórdicas. Las líneas rectas y los acabados sencillos son aquello que hace que funcione este tipo de decoración a la perfección.
Es importante resaltar que los materiales que se utilizan en los elementos decorativos tienen un rol de importancia muy alto en el estilo escandinavo moderno. Como es usual en el diseño interior, las texturas suelen ser el foco de atención en los objetos que son añadidos en los espacios; para lograr un look con esta tendencia decorativa, las piezas hechas en hierro o latón, como nuestra mesa de centro Murcia, son complementos ideales.
Las mesas y sillas en madera, también hechas con hierro o metal, son esenciales para este tipo de diseño con aire europeo. Al igual que los sofás en tonos grises, blancos y beige que son una excelente idea para complementar estos espacios.
La idea del estilo escandinavo es ser creativos desde lo simple mientras se conserven los ambientes elegantes y sobrios. Por esto, es ideal añadir: cojines con color tenue en los sofás, repisas con libros en la sala o biblioteca, tapetes con colores suaves y texturas diferentes a las demás que hay en el espacio, entre otros.
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